La Boñiga

(Sugerimos actualizar la historia, cuyos dos personajes sean: el uno "puntero del pro" y, el otro, alguien que el primero persuadió y votó Cambiemos)

   

Una historia de origen polaco ilustra admirablemente cierta estructura del espíritu. Habla de un polaco y un judío que, juntos, se dirigen a pie a un mercado. Ven un montón de excrementos y el judío le dice al campesino polaco:

   —Te doy diez zlotys si te comes esa boñiga.

   El campesino se queda pensativo. Imagina todo lo que podría hacer con diez zlotys mientras se pregunta por las intenciones ocultas del judío, que tiene fama de pícaro.

   Al fin acepta y, mal que bien, se traga la boñiga. El judío le da los diez zlotys prometidos y los dos hombres siguen caminando.

   Sin embargo, el judío reflexiona y se dice que sólo ha conseguido perder diez zlotys y que el polaco no parece haber sufrido gran cosa al engullir la boñiga.

   Al descubrir un segundo montón de excrementos, el judío se para y le dice al polaco:

   —Si me como esa boñiga, ¿me devuelves los diez zlotys?

   —Bueno, de acuerdo —dice el campesino tras pensarlo brevemente.

   El judío se pone manos a la obra y, a duras penas, gruñendo y ahogándose, se traga toda la boñiga.

   Vuelven a ponerse en camino los dos. Una media hora más tarde, el polaco le pregunta al judío:

   —Puesto que eres tan inteligente, ¿puedes decirme por qué nos hemos comido toda esa mierda?