Producciones Bonadío (Director y estrella de ficción)
Con el protagonismo excluyente de Cristina Fernández-Kirchner, la productora K de Claudio Bonadío, además coprotagonista de la estrella, lleva a la escena nacional su primera producción teatral con comprobables méritos para el ACE 2016, se trata de “¡Cristina sabe!” La historia, básicamente trata de una presidenta que, por primera vez en la historia mundial, finaliza su segundo periodo presidencial y deja su puesto, como lo marca la ley de su país, con el setenta por ciento de imagen positiva. Sin embargo, una antigua corporación mafiosa liderada por el archí-rival de la heroína, don Héctor Magnetto, trabaja a destajo para deslucir aquella imagen.
No tardan los más abyectos políticos opositores en ponerse enteramente al servicio del hombre fuerte del delito social organizado en el país. El más besamanos resulta ser Mauricio “Siempre” Macri lo anima, y mucho, las ganancias deshonestas que se cuentan en millones de dólares ofrecidas por el Don y, un revanchismo personal, contra todo lo que es transparente, eficiente y de excelencia, precisamente, las virtudes que distinguen la vida política de la heroína.
La mafia dicha, se conforma con la fusión de los mercaderes de la droga, la información, la cultura, la alimentación y el fútbol (un poder, este último, que hace las veces del imprescindible circo, socio, del pan duro) Con abusadores del poder político como el señalado "Siempre" Macri (capitoste también del circo-fútbol). Conocido en algunos mentideros de la elite porteña como “El niño”, apodo que renueva hoy su vigencia, pues como el fenómeno climático; sopla, derrumba, ahoga e inutiliza, es tal sujeto el ahora sucesor presidencial de Cristina; lo logró en las últimas elecciones, del que este cronista tiene serias sospechas que se hayan realizado sin fraude.
En cuanto a la mafiosa fusión, no cesa un instante en el intento de diluir la preponderancia del liderazgo político de CF-K. Los persuadidos por tamaña caterva de mentirosos, estafadores y una polifacética gama de delitos contra los más débiles, dan por consumado el propósito diluyente, como antes apoyaron el destituyente contra los presidentes Kirchner.
Es, a esta altura de la trama, cuando hace su aparición el inesperado galán y príncipe salvador: Claudio "Servilleta" Bonadío, con astuta estrategia, reclama juicio por "dólar futuro" a la admirada dama. Hecho que obtiene de inmediato un resultado negativo: los poderosos opositores bajan ostensiblemente su imagen ante ojos de la población, el Gran Bonadío se restriega las zarposas manos inarmónicas a sus formas físicas: “Je”, se dice monologando, “con esto ya logramos que la cabeza visible de la banda delictual, ¨Siempre¨ Macri empiece a retroceder”
La orga criminal al sufrir el golpe negativo y, para fortalecer sus filas, crea "Unidos delinquiremos" (UD) Por otra parte, creen a pies juntillas en el objetivo del aparente aliado Bonadío que, así se gana definitivamente, la confianza de semejantes aves de rapiña. "Apenas llegue Cris", explica con actuada ironía, “en un avión privado y en secreto, la detenemos en el aeropuerto, repitiendo la brillante acción con la que ya metimos preso a Baéz”, un personaje secundario de la obra.
En la realidad, todo ocurre de otra manera, el expectante regreso de la "delincuente" inventada por “Servil” para solaz de la orga criminal, (¿Servilleta viene de servil o de ser vil?), se convierte en un golpe tan sorpresivo como decepcionante para los gangsters argentinos. Cristina (intuimos por asesoramiento del lúcido Servilleta), le recomienda comprar un pasaje en un avión de línea, en clase turismo y, avisar a los vecinos del lugar, de la salida como en el de destino. El espectador, jamás interpretará que la mujer que es el personaje central, es también la dueña de la brillante ocurrencia de volver en vuelo de línea, con multitudinaria despedida ¡y qué decir del número de personas esperándola en Buenos Aires, para darle una bienvenida colosal!, como realmente se observa en una espectacular escena del dramaturgo que también es juez. Tal es el impacto que causa Cristina en los vestíbulos del aeroparque que, hasta la autoridad aéreo-portuaria hubo de obedecer a la orden de la ex presidenta, ahora ciudadana común, de no molestar en un ápice su encuentro con el pueblo que la ama.
Las vivas y las hurras continuaron multiplicándose hasta que, la elegante dama, llegare a su casa en la urbe porteña. En ese departamento del 5º piso, cuya estética ventana da a la calle, y que sirvió a los minutos del arribo de la señora, de marco funcional a su pletórico rostro. Marco tan popular como señorial. Ella envía besos, saludos fraternos y emociones a raudales. La respuesta que recibe no es menor. La aclamación popular, deja disfónico al pueblo que se derrama en lágrimas apasionadas, con tal abundancia, que las mismas construyen una corriente higiénica en todo el barrio, los vecinos agradecidos pues, no es común que el municipio local cumpla con esa tarea.
El final que elucubró el talentoso Claudio es abierto e impactante. Llega Cristina al juzgado y al final de la sesión, cuando este termina y el personaje central da unos pocos pasos, Servilleta se esmera en una auténtica renovación de la dramaturgia, hace que en el inicio del camino de Cristina dentro de la sala judicial caiga el telón. Lo innovador hasta el delirio es que, casi de inmediato vuelve a subir dividiendo la pieza de una manera insólita: Un acto largo y uno brevísimo. Cuando se vuelve a izar el paño ya no hay actor alguno sobre el escenario. Nada de pensar que Bonadío no supo terminar su drama, nos dejó un final abierto, nos sabe un público inteligente; la encrucijada que nos dejas es ¿Cristina camino al calabozo o a la libertad?
"Servilleta" en su personaje de juez, considera que una causa cuyo tema es "dólar futuro" (ya el título habla de la improcedencia de la detención y, aún, de todo el juicio) tiene la última palabra impostada y la reflexión consiguiente. Si la detiene, la patria, que bien sabemos no es parte del sentimiento de los especuladores que gobiernan ni de los que ostentan el poder económico; menos de los que incurren en ambas anomalías, se levanta como no se había visto desde la Revolución de Mayo, libera a Cristina y expulsa "Siempre" para que Nunca Más gobierne ni él, ni su equipo de marionetas. “El capo Magnetto”, pensaría desarma la UD, para dedicarse a la pesca en el río Carcarañá, donde –como bien ya comprobó- salen bagres a montones.
Sí la deja libre, la fiesta patriótica sería espectacular, sin antecedentes. Genuina como ningún ciudadano lo había sentido antes. Fanfarrias, murgas, ballets, orquestas, bandas, equilibristas, humoristas, ancianos, niños, jóvenes indecentes y decentes todos bailarían un ritmo único que les causaría la mayor satisfacción de sus vidas.
Entonces, el plan del dramaturgo es perfecto: la condene o no a CF-K, el pueblo hará oír su voluntad que, dijeron los latinos, es la vox de Dios